17 octubre, 2019
Mamá no sufras.... porque no me guste el plátano
Sí querid@ leyente, así es.
No me gusta el plátano.
Pero cosas más raras se han visto oye, a mí compañera de piso no le gustan las croquetas, y eso sí que es raro.
De pequeña tuve que comer muchos plátanos. Nunca me ha gustado, de verdad, y mira que yo soy una persona cambiante, de estas de “ahora sí” “ahora no”. Pero lo del plátano es algo inamovible oye, para que luego digan que andamos faltos de valores.
Mi madre me obligaba a comer ese dichoso fruto, por eso del potasio, los electrolitos, que el plátano es un elemento muy completo y nutritivo y su puta madre.
Pero por mucho que lo he intentado, nada. Nunca, de verdad.
14 octubre, 2019
La leyenda del príncipe destronado (cuento sobre niños)
Una carita se asoma por el marco de la puerta.
Mamá está sentada en el sofá, con el bebé ese en brazos. Parece que le canta una
canción. Su canción.
–
Mamá, mamá, ¿me lees un cuento?
–
Ahora no puedo Íñigo, estoy durmiendo a Lucía.
Vete a tu habitación a jugar, luego voy contigo.
Una carita triste se asoma por el marco de la puerta.
Papá tiene en brazos al bebé, lo lanza al aire y lo recoge. El bebé
se ríe.
–
Papá, papá, ¿me lo haces a mí también?
–
No puedo Íñigo, tú ya pesas mucho. Eres un chico
mayor.
10 octubre, 2019
Mamá, no sufras... porque de alguna forma había que empezar.
La verdad es que quería que esto
fuera un blog.
“Mamá no sufras”
A tí no sé, querid@ leyente, pero
en mi cabeza te juro que es un título flipante. De verdad, llevo dos años con él dando vueltas en la cabeza.
Excepcional.
Brillante.
Sensacional.
Sensacional.
Mamá no sufras, un blog trending topic con miles
de poemas, miles de visitas y miles de artículos graciosos en los que os enseño
la fantástica relación de amor-odio que vivo con mi madre.
08 octubre, 2019
El miedo de los versos (poema)
Se me olvidó escribir y hace mucho que no leo.
Han sido muchos años, pocos libros y demasiados cuentos.
¿Poca confianza?
No
Solo demasiado miedo.
Miedo a mis adverbios, a mis frases, al uso de mis verbos.
Han sido muchos años, pocos libros y demasiados cuentos.
¿Poca confianza?
No
Solo demasiado miedo.
Miedo a mis adverbios, a mis frases, al uso de mis verbos.
Ya no sé saborear mis palabras.
Perdí mis combinaciones mágicas, mis callejones secretos.
Me cogí miedo.
Perdí mis combinaciones mágicas, mis callejones secretos.
Me cogí miedo.
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