18 diciembre, 2010

Las ideas nunca vienen solas.

Es curioso, pero uno de los momentos más angustiosos en la vida de cualquier ser humano (aunque lo nieguen) es aquel en el que descubren que todo es prescindible.
Es prescindible el café, el abrigo y el billete de metro.
Es prescindible la Navidad, los miércoles y los domingos, es prescindible el chocolate con churros y la televisión.
Es prescindible el padre.
Es prescindible el niño.
Y el aire, y el agua: si nos ponemos, seguramente sean prescindibles.


Por cierto, he llegado a la conclusión de que soy demasiado pesimista...



__________________________________________________________________


Hace ya un tiempo (por no decir, bastante) que no escribo nada, no sé: el blog, las teclas y mi cabecita no se quieren demasiado.
Pero ante la insistencia de un bibliotecario pintor, una Retórica Bohemia que me sube la moral y un guionista que me acompaña todos los jueves al metro (en especial es para él, porque echaré de menos que hablemos rodeados de frío); dejaré aquí un pequeño cuento que mi cabeza empezó a escribir a las 7 de la mañana y mis dedos completaron a las 6 de la tarde:


Tócame
"Y su piel y sus besos se deshicieron al enredarse en el último punto y aparte de la historia que habían vivido.
Gotas de sal se acurrucaron en sus ojos, temerosas de hacer daño.
Se dio la vuelta (y se fue).

Ella acarició el aire.
No te marches. - susurró - Tócame."



Se que no es gran cosa, pero me apetecía a actualizar con algo (y no es por obligación, que conste, a mí también me parecía que esto estaba algo seco, :P)




2 comentarios:

Mr. Hun Shu dijo...

Hey agüelita, pero qué bien, si has actualizado! Yo no me voy a permitir echarte de menos. He descubierto que desprendes demasiada vida como para prescindirte. No quiero hacerlo. Seguiremos hablando y yo te seguiré escuchando y leyendo. Claro que sí.

Laura M. dijo...

Desde luego, un blog cualquiera puede ser prescindible pero hay contenidos, historias, ideas, palabras que lo vuelven imprescindible para muchos. Me alegra mucho volver a leerte, escritora; ya sabes que te considero llena de talento.
Una historia breve no siempre es poca cosa, me ha encantado. Muchas graciaaaaas :)

Alegría visual

Si te quedaste con ganas...