13 abril, 2012

Frío, cristales y cemento.

A tres metros.
Estaba allí tumbado, a tres metros.
Seguía vivo porque la máscara del oxígeno se empañaba con cada diminuto soplo de vida.
A tres metros.
Allí, con los ojos cerrados, pálido, cadavérico, con millones de tubitos saliendo de su cuerpo.
 Todo era tan blanco, tan aséptico. Daba miedo.

Suspiré. Toqué el cristal. Estaba frío, tan frío...
Tenía que entrar para relevar a mamá. Estaba allí también, dormida en la butaca de skay. Sus dedos descansaban sobre la cama, a unos centímetros de él, como para protegerle. Siempre cuidándole, siempre.

25 marzo, 2012

Del caprichoso dualismo.

Cuenta la leyenda que una vez, hace mucho tiempo, los dioses Apolo y Dionisio fueron juntos a un lago perdido en un mágico bosque.
Allí vivía una ninfa, una joven y preciosa ninfa.
Con sólo verla, se enamoraron loca, perdida e intesamente.
A ella le ocurrió lo mismo.
Y no quería elegir porque era ninfa y de siempre se ha sabido lo caprichosas que son las ninfas.
Pero todo en esta vida no se puede tener.
Pero ella los quería, y los quería a los dos. Deseaba que ambos fuera uno, para que un solo cuerpo la envolviera y la abrazara mientras que unos labios la susurraran palabras y canciones de amor. Pero que a la vez uno, fueran dos.
Pero no todo se puede tener.
Así que la ninfa corrió y corrió y corrió por el mundo descalza, como van las ninfas.
Y buscó la forma de unirlos en un único cuerpo.

-¿Alguna vez paró?
-Aún sigue corriendo.

20 marzo, 2012

Acápites.

"La agarró de las muñecas y la sujetó contra la pared.
Los labios de él casi tocaban la nariz de Sandra. Notaba su aliento.
-¡Suéltame!¡No te acerques a mí!- Sandra tenía las mejillas encendidas.
-¿Estás segura de que quieres que te suelte? - su voz era un escalofrío. Sus manos la apretaban con fuerza.
Sandra cerró los ojos y trago saliva. Sentía la pared fría. No, no quería que la soltara. Él la daba miedo, mucho miedo... pero no quería que la soltara.
Era su propia cuerda floja al borde del abismo."

31 enero, 2012

La princesa y el enano.

"Había una vez una princesa que vivía en un palacio muy grande. El día en que cumplía trece años hubo una gran fiesta, con trapecistas, magos, payasos..... Pero la princesa se aburría. Entonces, apareció un enano, un enano muy feo que daba brincos y hacía piruetas en el aire. El enano fue todo un acontecimiento.

Bravo, Bravo, decía la princesa aplaudiendo y sin dejar de reír, y el enano,contagiado de su alegría, saltaba y saltaba, hasta que cayó al suelo rendido. "Sigue saltando, por favor" dijo la princesa. Pero el enano ya no podía más. La princesa se puso triste y se retiró a sus aposentos.....

Al rato, el enano, orgulloso de haber agradado a la princesa, decidió ir a buscarla, convencido de que ella se iría a vivir con él al bosque. "Ella no es feliz aquí" pensaba el enano. "Yo la cuidaré y la haré reír siempre". El enano recorrió el palacio, buscando la habitación de la princesa, pero al llegar a uno de los salones vio algo horrible. Ante él había un monstruo que
lo miraba con ojos torcidos y sanguinolentos, con unas manos peludas y unos pies enormes. El enano quiso morirse cuando se dio cuenta de que aquel monstruo era él mismo, reflejado en un espejo. En ese momento entró la princesa con su séquito.

"Ah estas aquí, qué bien, baila otra vez para mí, por favor". Pero el enano estaba tirado en el suelo y no se movía. El médico de la corte se acercó a él y le tomó el pulso. "Ya no bailará más para vos, princesa" le dijo. "¿Por qué?" preguntó la princesa. "Porque se le ha roto el corazón". Y la princesa contestó: "De ahora en adelante, que todos los que vengan a palacio no tengan corazón". 

Oscar Wilde

Alegría visual

Si te quedaste con ganas...